Panamá Viejo amaneció sitiada por la policía tras crimen
Después de cometer el crimen, los sicarios escaparon del lugar y dejaron abandonada la camioneta gris, en la que se transportaban a la hora de cometer el crimen, en las inmediaciones de Plaza Amador, El Chorrillo, específicamente a un costado de la sucursal de un empresa telefónica.
La comunidad de Panamá Viejo, ubicada en el corregimiento de Parque Lefevre, amaneció sitiada este domingo por policías que se encontraban realizando rondas en el sector.
La medida se tomó luego de que primeras horas de la noche del sábado, Horacio Agustín Gooding, quien residía en la vía principal Santa Teresa, en Pacora, fue asesinado mientras se encontraba dentro de su vehículo en la calle primera de Panamá Viejo, sector conocido como La Ratonera, área denominada como una de las más calientes del barrio, ya que allí supuestamente operan varios grupos delincuenciales.
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Preliminarmente se habla que dos sujetos que iban abordo de una camioneta de color gris dispararon contra Horacio, quien murió detrás del volante de su vehículo el cual terminó a un costado de la vía.
Después de cometer el crimen, los sicarios escaparon del lugar y luego dejaron abandonada la camioneta gris, en la que se transportaban a la hora de cometer el crimen, en las inmediaciones de Plaza Amador, El Chorrillo, específicamente a un costado de la sucursal de un empresa telefónica.
Otro vehículo tipo sedán, que mantenía varios impactos de bala en su carrocería, también fue ubicado por unidades de la Policía Nacional, no muy lejos de donde se encontraba la camioneta, por lo que las autoridades investigan si está relacionada con el caso.
Un dato que no fue corroborado por la policía fue que una mujer y una menor de edad, supuestamente viajaban con Horacio en su vehículo cuando fue asesinado y que aparentemente estas lograron escapar ilesas de la escena del crimen, gracias a que una ronda policial que se encontraba cerca, escuchó las detonaciones y llegaron en pocos minutos.
La noche del sábado, el dolor embargó a la familia de la víctima, quienes llegaron a la escena del homicidio y en medio del dolor, los gritos y el llanto no podían creer que Horacio estuviera muerto.