Retrato y cicatriz permitió captura de sospechoso de masacre del búnker en Colón
La primera versión -poco creíble- es que fue un crimen múltiple por celos, pero el jurista sostiene que su representado no conocía a las víctimas.
Un "testigo protegido" señaló a un joven de 18 años como uno de los dos autores de la llamada "Masacre del Búnker" de Espinar, donde fueron ejecutados a tiros siete jóvenes entre 15 y 21 años.
El sujeto fue sacado de su casa en el sector de Achiote de Tagua, distante a una hora de donde se produjo el asesinato de las hermanas Azucena (20 años) y Yulissa Montenegro Daley (25 años); las hermanas Leydis y Yeleny Mariota Villarreta, de 15 y 16 años, respectivamente; Bladimir Garay , de 18 años; Edgar Jiménez, de 22 años; y Santiago Carvajal, de 17 años.
Yulissa fue estudiante del Instituto Benigno Jiménez. Azucena y su novio Edgar, así como Bladimir, eran universitarios. Todos vivían en el sector de Valle Verde.
La aprehensión -según el fiscal Adolfo Pineda- se logró en base a un retrato hablado. Hay otro sujeto que es buscado por la Policía.
El abogado José Antonio Moncada, defensor del sospechoso, dijo a "Crítica" que su cliente fue detenido la tarde del sábado, pero las autoridades reportaron que la captura se produjo en la madrugada. La primera versión -poco creíble- es que fue un crimen múltiple por celos, pero el jurista sostiene que su representado no conocía a las víctimas.
La vinculación del sujeto es por una descripción que le atribuye al sospechoso un defecto de labio leporino, pero Moncada alega que este lo que tiene es una pequeña cicatriz.
Los familiares de las víctimas alegan que algo no cuadra con la versión de los sobrevivientes, porque no reportaron a tiempo lo sucedido con el otro grupo. Los que no fueron atacados no son del sector de donde provenían los asesinados.
"Mi cliente está tranquilo, alega que no tiene que ver con los hechos y vive casi a una hora de distancia de donde se dieron los asesinatos", expresó el José Antonio Moncada, quien además afirmó que su defendido sostiene que no conocía a las víctimas.
El caso es un rompecabezas. En el área de Espinar a unos 2.5 kilómetros -casi al otro extremo donde ocurrió el crimen- hay una instalación utilizada para el desembarco de lanchas, pero tienen restricciones para su ingreso.
El jurista dijo tener información que hay otro aprehendido, pero que en el caso particular de su cliente, espera que sea llevado hoy a una audiencia en el Sistema Penal Acusatorio, en la ciudad de Colón.
Ayer hubo una recreación de los hechos en la escena del crimen: un búnker construido en la década del 40 para la protección del entonces Fuerte Gulick, donde funcionó desde 1948 hasta 1984 la escuela de las Américas. En el área también operó el 8vo. Grupo de Fuerzas Especiales y la Brigada 193 de Infantería del Comando Sur.
Edwin Juárez Vásquez, fiscal de homicidios, quien estuvo en esta diligencia, señaló que se estaba tratando de recrear la ruta que siguieron los jóvenes, desde que salieron de la comunidad de Valle Verde, hasta el balneario y donde se dieron los acontecimientos.
En la diligencia participaron cinco de los seis sobrevivientes. El fiscal adelantó sin dar mayores detalles, que puede haber más responsables.
El agente de instrucción aclaró dudas sobre una versión inicial que indicaba que en el grupo que salió al balneario eran 14 personas y ahora se habla de 6 sobrevivientes y 7 fallecidos, sumando 13 personas. La mañana de ayer circuló la versión de que podía existir otra víctima, lo cual descartó el fiscal.
Para la diligencia se pidió la presencia de personal del Sinaproc para guiar a los peritos del Ministerio Público en esta zona boscosa y llevaron perros rastreadores. No se encontró mayor evidencia, salvo una chancleta que dejó abandonada uno de los sobrevivientes cuando huía.
En tanto, el obispo de Colón y Guna Yala, Manuel Ochogavia exclamó lo sucedido en Espinar estremece a todos. "Hemos sido atravesados nuevamente por la espada de la violencia que les ha quitado la vida a siete jóvenes panameños".
"Vivimos secuestrados por aquellos que se imponen con el poder de las armas y el dinero y tal vez nuestro silencio nos ha hecho cómplices para que el crimen organizado y la violencia se adueñen de nuestra sociedad e instituciones", señala un comunicado de la diócesis de Colón.