Versión sobre muerte de enfermera se derrumba.
A las 9:00 de la noche de aquel fatídico día, su pareja actual la trasladó de urgencia al hospital regional Rafael Estévez de Aguadulce, pero llegó sin signos vitales.
Eran las 9:00 de la noche del pasado miércoles 2 de octubre cuando la enfermera Angie Nadiuska Lara Atencio, de 33 años, llegó sin signos vitales al hospital Rafael Estévez de Aguadulce. La llevó su pareja, quien aseguró que la había encontrado colgada en su casa en El Cristo de Aguadulce. Todo apuntaba a un suicidio... pero algo no cuadraba.
El hombre dijo que la vio tardarse demasiado en salir del cuarto y al entrar la halló suspendida, por lo que decidió llevarla de inmediato al hospital. Sin embargo, las marcas en su cuerpo contaban otra historia: moretones, señales de forcejeo y un golpe en la cabeza dejaron en claro que su muerte.
Mientras el Ministerio Público arrancaba la investigación, hay fuentes que indican que Angie había intentado llamar a varias personas pidiendo ayuda, pero las llamadas se cortaron. La necropsia confirma lo peor: fue estrangulada
El hombre, un técnico de enfermería en el mismo centro médico, relató a las autoridades que encontró a Angie colgada en la habitación de su casa, lo que lo llevó a pensar que se había quitado la vida. No obstante, las evidencias sugieren lo contrario.
De acuerdo con los primeros informes forenses, la víctima presentaba signos de violencia, incluyendo más tonos que indicaban un posible forcejeo, además de un fuerte golpe en la cabeza. Estos indicios contradijeron rápidamente la versión de un suicidio y llevaron a las autoridades a investigar más a fondo lo ocurrido.
Fuentes cercanas revelaron que Angie había intentado hacer varias llamadas pidiendo ayuda poco antes de su muerte, aunque estas llamadas se cortaron antes de que pudiera recibir auxilio. El hallazgo de estos detalles añadió otra capa de incertidumbre sobre los hechos.
Angie era una enfermera respetada y querida por sus compañeros de trabajo, quienes hoy lamentan su trágica partida. Nacida en Santiago de Veraguas, vivió durante mucho tiempo en esa ciudad junto a su esposo e hijo antes de mudarse a Aguadulce tras separarse y comenzar una nueva relación con su actual pareja, ahora principal sospechoso de su muerte.
Deja a un niño de 8 años en la orfandad, un dolor irreparable para su familia.
Angie fue sepultada ayer en su ciudad natal, Santiago, en medio de una profunda consternación por parte de amigos, familiares y compañeros de trabajo, quienes aún no comprenden cómo una vida tan valiosa pudo terminar de manera tan violenta.
El presunto autor de este crimen fue aprehendido el pasado viernes por la noche y permanece bajo custodia del Ministerio Público, mientras continúan las investigaciones.