Google, en el centro de la "guerra cultural"
Un polémico memorando interno y el despido de su autor han colocado a Google en el centro de la "guerra cultural" en Silicon Valley y de un debate que abarca desde el machismo en el mundo de la tecnología hasta lo que, para algunos, es un exceso de corrección política en las empresas del sector.
James Damore, un ingeniero del gigante tecnológico, desató la última discusión con un documento de diez páginas en el que criticaba los esfuerzos de la compañía para avanzar hacia la paridad de género y que le costó su empleo.
El texto argumentaba entre otras cosas que la menor presencia de mujeres en las tecnológicas y en los puestos de liderazgo responde a "diferencias de personalidad" y "biológicas" entre los géneros y reclamaba fomentar la diversidad ideológica frente a las iniciativas favorables a las minorías.
En medio de un gran revuelo, Google decidió este lunes despedir a Damore, al considerar que sus palabras violan el código de conducta de la compañía y promueven dañinos "estereotipos de género".
Lejos de calmar la crisis, el movimiento de la empresa ha echado más leña al fuego de lo que muchos medios estadounidenses describen ya como una "guerra cultural" en la industria tecnológica.
Por lo pronto, Damore ha adelantado que probablemente demandará a Google, aunque los expertos legales no le vaticinan mucho éxito.
El ingeniero, antes de ser despedido, ya presentó una queja laboral este lunes, en la que acusaba a la compañía de tergiversar sus palabras para silenciar sus opiniones.
Más allá de la posible batalla legal, lo que Damore ha conseguido de pronto es convertirse en un estandarte para muchos conservadores estadounidenses y sus quejas sobre lo que consideran que es una cruzada de ciertas élites contra sus opiniones.
La web Breitbart, una de las favoritas de la nueva derecha estadounidense, defendía esta semana su memorando y acusaba a Google de crear "listas negras" para perjudicar a trabajadores con ideas políticas divergentes.
Este martes, Damore -a quien el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, ha ofrecido trabajo- defendió sus ideas en una larga entrevista con Stefan Molyneux, un conocido rostro de ese movimiento y un abanderado de la lucha contra la "corrección política" y los ideales de dive|rsidad de los progresistas.
La llamada "alt-right", uno de los apoyos más fieles del presidente estadounidense, Donald Trump, tiene en su punto de mira desde hace tiempo a Silicon Valley, al que ve como un símbolo del globalismo y las políticas liberales que odia.
Del otro lado, Google y toda la industria tecnológica, dominada mayoritariamente por hombres blancos, están bajo presión por su falta de diversidad y por una cultura empresarial que muchas voces, sobre todo de la izquierda, consideran machista.
Las repetidas acusaciones de acoso sexual y discriminación, por ejemplo, han forzado en los últimos meses la salida de buena parte de la dirección de Uber, uno de los proyectos más exitosos de Silicon Valley.
En el caso de Google, a día de hoy, las mujeres representan únicamente un tercio de su plantilla y solo un 20 por ciento de su personal técnico.
Según una información publicada hoy por el diario británico The Guardian, más de 60 mujeres que trabajan o trabajaron en Google están preparando una demanda colectiva denunciando el supuesto sexismo y las diferencias salariales en la firma.
Anteriormente, el Departamento de Trabajo de EE.UU. ya puso en marcha un caso argumentando que Google paga menos a las mujeres de forma sistemática, una iniciativa que ha llevado a un juez a exigir a la empresa que ofrezca datos de sus salarios.