Alimentación balanceada: apoyo inmunitario para que la vacuna sea más efectiva
El magíster en nutrición y dietética José Ramiro López explicó que las vacunas contra la COVID-19, tienen como función estimular el sistema inmunológico para que el cuerpo produzca defensas, y para coadyuvar en el logro de este propósito, es necesaria una alimentación balanceada.
Un gran aliado para aumentar la respuesta inmunológica es la buena nutrición. Alimentos que contienen probióticos, prebióticos, omega 3, vitaminas como la A, C, E, D, y minerales como el zinc y el selenio, son aún más necesarios, cuando están llegando a nuestro país los primeros embarques de la vacuna contra la COVID-19, puesto que serán un apoyo para su efectividad.
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Un gran aliado para aumentar la respuesta inmunológica es la buena nutrición. Alimentos que contienen probióticos, prebióticos, omega 3, vitaminas como la A, C, E, D, y minerales como el zinc y el selenio, son aún más necesarios, cuando están llegando a nuestro país los primeros embarques de la vacuna contra la COVID-19, puesto que serán un apoyo para su efectividad.
El magíster en nutrición y dietética José Ramiro López explicó que las vacunas contra la COVID-19, tienen como función estimular el sistema inmunológico para que el cuerpo produzca defensas, y para coadyuvar en el logro de este propósito, es necesaria una alimentación balanceada.
López, quien es nutricionista de atención primaria de la Caja de Seguro Social (CSS), indicó que la malnutrición, ya sea por exceso o deficiencia, puede impactar en una disminución de la proliferación de células, síntesis de proteínas y deficiencia de nutrientes, afectando la respuesta inmunitaria.
El especialista detalló que dentro de los probióticos están los lácteos como leche agria y el yogurt, los cuales se deben consumir diariamente, ya que su contenido de bacterias beneficiosas al organismo, fortalecen la flora intestinal y refuerzan la respuesta inmunitaria.
La fibra es un prebiótico, y es necesario incrementar su ingesta. Explicó que la fibra funciona como alimento para las bacterias (probióticos) que viven en nuestros intestinos y que vienen a ser la primera barrera física del sistema inmunológico.
El magíster López señaló que vitaminas como la A, C, E y minerales como el selenio y zinc intervienen en el fortalecimiento del sistema inmune y que para estar correctamente suplido es necesario, consumir tres porciones de frutas y dos de vegetales, diariamente.
Agregó que es fundamental incluir, semanalmente, opciones como pescados grasos, entre los que se encuentra el atún, sardina, trucha y el salmón, por su aporte de omega-3.
A la vez, destacó que los huevos y vísceras en especial el hígado de res, por su aporte de Vitamina A y Zinc, que favorecen la función inmunológica y antiinflamatoria.
Sobre la vitamina D, subrayó que es un potente modulador del sistema inmunológico, puesto que ayuda en la proliferación y diferenciación de células de defensas; y dentro de los alimentos que la poseen está la leche, quesos y yogurt.
Reconoció que la Vitamina D se puede obtener de manera fácil a través de la exposición solar saludable, siendo las horas adecuadas, antes de las 8:00 am y después de las 5:00 pm.
En caso de personas con obesidad, diabetes, hipertensión arterial, cáncer, adultos mayores de 60 años y mujeres embarazadas, se deben considerar la suplementación bajo la supervisión de un profesional de la salud idóneo.
El Mgtr. López fue enfático al señalar que se debe evitar el consumo de alcohol, ya que la cerveza, vinos, tragos y entre otras bebidas espirituosas, afectan la composición de los microorganismos en el estómago que ayudan a detener la propagación de bacterias y virus en todo el cuerpo humano.
Confirmó que expertos en el tema advierten que consumir bebidas alcohólicas podría reducir la efectividad de la vacuna contra la COVID-19, al afectar la respuesta inmune del cuerpo, específicamente en los glóbulos blancos.
Agregó que la evidencia científica ha demostrado que tres tragos son suficientes para reducir los niveles de linfocitos en la sangre hasta un 50%.
Sobre este tema, el Ministerio de Sanidad de Rusia, emitió la recomendación de no ingerir alcohol las dos semanas anteriores a recibir la vacuna, durante el periodo entre la primera dosis y la segunda dosis (21 días dependiendo de la vacuna) y los siguientes 21 días posteriores a la segunda dosis. En otras palabras, no consumir alcohol 14 días antes de la primera inyección y 42 días después de la misma.
A pesar de que no hay una recomendación nutricional oficial por parte de las casas productoras de las vacunas, precisó que las recomendaciones sobre las conductas alimentarias a tener en cuenta a la hora de la vacunación resultan fundamentales si nos respaldamos en la evidencia científica ya sabida, sobre el funcionamiento del sistema inmunológico.
“Ser vacunado y seguir una alimentación saludable que aporte nutrientes que favorezcan el sistema inmune por un lado, y promueva un peso saludable por el otro, es la mejor estrategia posible en este momento para hacerle frente a la infección del virus de la COVID-19”, concluyó.
El magíster en nutrición y dietética José Ramiro López explicó que las vacunas contra la COVID-19, tienen como función estimular el sistema inmunológico para que el cuerpo produzca defensas, y para coadyuvar en el logro de este propósito, es necesaria una alimentación balanceada.
López, quien es nutricionista de atención primaria de la Caja de Seguro Social (CSS), indicó que la malnutrición, ya sea por exceso o deficiencia, puede impactar en una disminución de la proliferación de células, síntesis de proteínas y deficiencia de nutrientes, afectando la respuesta inmunitaria.
El especialista detalló que dentro de los probióticos están los lácteos como leche agria y el yogurt, los cuales se deben consumir diariamente, ya que su contenido de bacterias beneficiosas al organismo, fortalecen la flora intestinal y refuerzan la respuesta inmunitaria.
La fibra es un prebiótico, y es necesario incrementar su ingesta. Explicó que la fibra funciona como alimento para las bacterias (probióticos) que viven en nuestros intestinos y que vienen a ser la primera barrera física del sistema inmunológico.
El magíster López señaló que vitaminas como la A, C, E y minerales como el selenio y zinc intervienen en el fortalecimiento del sistema inmune y que para estar correctamente suplido es necesario, consumir tres porciones de frutas y dos de vegetales, diariamente.
Agregó que es fundamental incluir, semanalmente, opciones como pescados grasos, entre los que se encuentra el atún, sardina, trucha y el salmón, por su aporte de omega-3.
A la vez, destacó que los huevos y vísceras en especial el hígado de res, por su aporte de Vitamina A y Zinc, que favorecen la función inmunológica y antiinflamatoria.
Sobre la vitamina D, subrayó que es un potente modulador del sistema inmunológico, puesto que ayuda en la proliferación y diferenciación de células de defensas; y dentro de los alimentos que la poseen está la leche, quesos y yogurt.
Reconoció que la Vitamina D se puede obtener de manera fácil a través de la exposición solar saludable, siendo las horas adecuadas, antes de las 8:00 am y después de las 5:00 pm.
En caso de personas con obesidad, diabetes, hipertensión arterial, cáncer, adultos mayores de 60 años y mujeres embarazadas, se deben considerar la suplementación bajo la supervisión de un profesional de la salud idóneo.
El Mgtr. López fue enfático al señalar que se debe evitar el consumo de alcohol, ya que la cerveza, vinos, tragos y entre otras bebidas espirituosas, afectan la composición de los microorganismos en el estómago que ayudan a detener la propagación de bacterias y virus en todo el cuerpo humano.
Confirmó que expertos en el tema advierten que consumir bebidas alcohólicas podría reducir la efectividad de la vacuna contra la COVID-19, al afectar la respuesta inmune del cuerpo, específicamente en los glóbulos blancos.
Agregó que la evidencia científica ha demostrado que tres tragos son suficientes para reducir los niveles de linfocitos en la sangre hasta un 50%.
Sobre este tema, el Ministerio de Sanidad de Rusia, emitió la recomendación de no ingerir alcohol las dos semanas anteriores a recibir la vacuna, durante el periodo entre la primera dosis y la segunda dosis (21 días dependiendo de la vacuna) y los siguientes 21 días posteriores a la segunda dosis. En otras palabras, no consumir alcohol 14 días antes de la primera inyección y 42 días después de la misma.
A pesar de que no hay una recomendación nutricional oficial por parte de las casas productoras de las vacunas, precisó que las recomendaciones sobre las conductas alimentarias a tener en cuenta a la hora de la vacunación resultan fundamentales si nos respaldamos en la evidencia científica ya sabida, sobre el funcionamiento del sistema inmunológico.
“Ser vacunado y seguir una alimentación saludable que aporte nutrientes que favorezcan el sistema inmune por un lado, y promueva un peso saludable por el otro, es la mejor estrategia posible en este momento para hacerle frente a la infección del virus de la COVID-19”, concluyó.