Andy Ruiz: “No me preparé debidamente. Engordé mucho".
Con un despliegue disciplinado y metódico, Joshua reconquistó sus títulos tras vencer por decisión unánime a Andy Ruiz Jr.
Anthony Joshua no dejaba de dar brincos en el ring junto a su nutrido séquito, al celebrar que acababa de embolsarse unos 70 millones de dólares y volver a ser el dueño de tres diademas de campeón de peso pesado.
Para la estrella británica del boxeo, esta polémica expedición a Arabia Saudita valió la pena.
Con un despliegue disciplinado y metódico, Joshua reconquistó sus títulos tras vencer por decisión unánime a Andy Ruiz Jr., cobrándose revancha de una inesperada derrota hace seis meses.
En la primera pelea de cetro en el Medio Oriente, Joshua ganó con un incontestable fallo. Dos de los jueces le dieron el triunfo con tarjetas 119-110 y el otro la vio 119-109.
Joshua tenía un plan táctico y lo cumplió a rajatabla para dominar la pelea a placer.
Más liviano en peso, Joshua apeló a su largo alcance para no meterse en apuros, se movió mejor por todo el tinglado y esperó los momentos propicios para atacar. Nadie besó la lona.
“A veces lo más simple resulta ser genial. Le he dado una cátedra al campeón”, dijo Joshua, nuevamente dueño de los cinturones de la AMB, OMB y FIB.
“Estoy acostumbrado a noquear a los rivales, pero me lastimaron la última vez y reconocí su mérito”, añadió. “Les dije que iba rectificar”.
En junio, Ruiz derribó cuatro veces a Joshua para cantar victoria en el séptimo asalto del combate que disputaron en el Madison Square Garden de Nueva York en junio. Pero la historia fue distinta para el primer mexicano en consagrarse campeón de peso pesado.
Al final de una insípida pelea en las primeras horas del domingo, Joshua correteó por todo el ring frente a un Ruiz muy estático en el medio y que le imploraba a acercarse.
“Me ha boxeado”, reconoció Ruiz, al añadir que se presentó excedido de peso, 15 libras más con respecto a la primera pelea — registrando 283 libras (128 kilogramos) para convertirse en el segundo boxeador con mayor peso en pelear por el título de la división de peso completo.
“Eso me afectó mucho”, dijo.
También admitió que no se preparó de la mejor forma para la revancha.
“Tanta parranda me pasó factura”, dijo Ruiz sobre su breve reinado como campeón, uno en el que acudió a programas de televisión, se reunió con el presidente de México y compró autos lujosos para él y sus padres.
“No me preparé debidamente. Engordé mucho. No quiero dar excusas, él ganó... Si tenemos una tercera, tienen que creerme que me pondré en forma. Estaré en la mejor condición de mi vida”.
El que Joshua acepte otra pelea está por verse. No había una cláusula de revancha para este pleito y Ruiz, con sus manos rápidas, es un rival incómodo.
Joshua demostró que puede boxear con estilo, más allá de desplegar su fuerte pegada. Ha enderezado su carrera, pero su reputación quedó mancillada por otros motivos.
La pelea se escenificó en medio de cuestionamientos de que Arabia Saudita aprovechó el montaje de este y otras competiciones deportivas para desviar la atención a su historial de violaciones de los derechos humanos, como el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado saudita en Estambul.
Joshua minimizó el que se dijera que se prestara, como lo denominó la organización defensora de los derechos humanos Amnistía Internacional, al “sportswashing" (lavado de imagen deportivo), y dio las gracias a Arabia Saudita por montar la pelea.
Las mujeres que acudieron a la Diriyah Arena, construida expresamente para albergar la pelea y con un aforo de 15.000 espectadores, no fueron segregadas como solía ser en otros recintos deportivos de Arabia Saudita tras permitirse su presencia por primera vez el año pasado.
Ruiz acabó el combate con el rostro bañado en sangre, víctima de un corte causado por el impacto de un gancho de derecha de Joshua en el primer asalto.
Derechazos de Joshua en el cuarto y noveno estremecieron fuerte a Ruiz, y un gancho de derecho también hizo mella en el destronado campeón.
“Quería dar una buena clase de boxeo y también demostrar lo lindo de este deporte. Se trata de golpear sin que te golpeen”, dijo Joshua. “Con ciertos boxeadores hay que pelear con viveza. Entendí cómo Andy pelea, así que tuve que decapitarle de otra manera”.