El Real Madrid pasa a octavos de la Copa del Rey tras vencer al Unionistas
Un gol de Bale y dos de Brahim dan la victoria al equipo de Zidane.
La participación decisiva saliendo desde el banquillo de Brahim Díaz y las paradas de Alphonse Areola salvaron el estreno del Real Madrid en la Copa del Rey en un durísimo encuentro en Las Pistas, que le obligó a ponerse el mono de trabajo ante un rival, el Unionistas, de Segunda División B, que nunca bajó los brazos.
Zinedine Zidane se tomó en serio la Copa del Rey. El nuevo formato no admite concesiones y apostó por un equipo que bien podría jugar en cualquier estadio de Primera. No evitó el sufrimiento. Las condiciones eran bien distintas a las habituales en Las Pistas bajo el frío helador de Salamanca. Un césped corto, duro e irregular presentaba una prueba aún más difícil de superar que la voluntad de un Unionistas que disfrutó de un sueño hecho realidad.
Un puñado de Copas de Europa sobre el césped. El Real Madrid, obligado a ponerse el mono de trabajo para superar la eliminatoria ante un Segunda B que fue digno de una nueva Copa que hace temblar a los grandes. Pasó por momentos de apuro el conjunto blanco, con errores que le costaron caro, pero no le faltó voluntad. Jugadores como Casemiro y Valverde aseguran el compromiso y la máxima entrega para igualar la ilusión del modesto.
Otra actitud transmite Bale, que regresó al equipo titular y demostró que el partido no era de su agrado. Rompió la igualdad a los 18 minutos, aprovechando un rechace tras mal despeje de la zaga local, para volver a marcar 143 días después. Ni un gesto de felicidad en su celebración antes de comenzar a jugar renqueante.
La ilusión del Unionistas nada la rebajaría. Reaccionó al gol encajado y avisó con un disparo lejano de Góngora que sacó abajo Areola. Llevó el duelo donde le interesaba, provocando imprecisiones de los jugadores madridistas y falta de control. La igualdad se desequilibraba por la diferencia de calidad. En acciones individuales llegaban zarpazos madridistas. Benzema se asociaba con Marcelo y chutaba al lateral de la red. James, de regreso al once, se estrellaba con el travesaño con un remate picado que pudo cambiar el rumbo del encuentro.
Porque en la segunda parte llegó el sufrimiento madridista en un partido abierto. El Unionistas provocó la anarquía con un juego directo que por momentos no supo frenar el equipo grande. Carvajal lo frenó en dos acciones claves al corte siendo el último jugador en el primer acto, pero no tuvo el mismo acierto Militao. Había hecho un paradón Brais a James, solo en el segundo palo para marcar, cuando apareció un jugador de 1,47 de estatura para hacer diabluras entre líneas.
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Militao midió mal y llegó tarde. El balón cayó a Álvaro Romero, que metió velocidad, encaró, recortó y soltó un zurdazo a una escuadra. El Unionistas, que peleó por disfrutar del partido más importante de su corta historia en su humilde estadio, celebró el momento más grande.
Aunque no le duró mucho la alegría. Las subidas de Marcelo comenzaron a sucederse y sus centros siempre llevaron peligro. Brahim enganchó uno cuatro minutos después del tanto local, cayéndose y encontrando la ayuda de Góngora para que el encuentro se desequilibrase nuevamente. Fue cuando apareció Areola con paradas de mérito a De la Nava. En dos ocasiones, libre de marca, pudo cambiar el rumbo.
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Zidane metió en el campo a Isco y el partido se acabó. El Real Madrid se hizo dueño del balón, puso fin a la locura y llegó con peligro. Brahim aprovechó los minutos para mostrar lo que se está perdiendo el Real Madrid. Estrelló un disparo en un poste y marcó un gran gol en el tiempo añadido. Lo que perdonaron Vinicius y Jovic él se lo fabricó solo para dejar un mensaje.