La ciudad de Messi, en éxtasis: le piden seguir jugando 4 años más
El caos en Rosario, la ciudad donde nació Leo Messi, es absoluto. Miles de personas atiborraron las calles de la ciudad para festejar que su hijo más ilustre es desde hoy más planetario si cabe tras ganar la Copa del Mundo con la Albiceleste, sin olvidar a su otro orgullo, Ángel Di María.
Como si no hubiera un mañana, el entorno del Monumento Nacional a la Bandera, centro neurálgico de celebraciones de la localidad, ubicada a orillas del río Paraná y a 300 kilómetros al norte de Buenos Aires, acabó, nunca mejor dicho, hasta la bandera: una masa de jóvenes, padres, niños y abuelos se congregaron en una fiesta que quedará para siempre en sus memorias.
"Messi, jugá hasta los 95 como Mirtha Legrand", rezaba el cartel que varias amigas portaron orgullosas para pedir al astro que recapacite y no descarte jugar un Mundial más y seguir adelante con su carrera, tenga la edad que tenga, haciendo un paralelismo con la más veterana diva de la televisión argentina.
"Nadie quiere que se vaya ahora, que siga y juegue unos cuantos mundiales", señaló a EFE Valentina junto a la pancarta, e invitó a Leo a que vuelva a su ciudad y se incorpore a uno de los dos equipos más importantes de Rosario, el Newell's Old Boys, en el que de muy pequeño formó parte de su cantera, antes de irse en el año 2000 a Barcelona.
VOLVER A SUS INICIOS
Acompañado de varios amigos, Esteban también animó a 'la Pulga': "Te lo merecés hermano, gracias por todo, y te esperamos acá en Newell's, papá, tenes que venir, esta es tu casa. Tenés que jugar, tenés que seguir jugando cuatro años más, Lío, sos el mejor del mundo".
Sin embargo, otro hincha, Mauro, se mostró convencido de que Messi debe terminar su carrera "donde él quiera, que sea feliz", y se refirió además a la posibilidad de que este haya sido su último Mundial: "Para mí era el último, pero ahora que lo ganó no sé, uno más puede jugar".
Hinchas con y sin camiseta -el verano está a punto de llegar a Argentina-, unos subidos a los semáforos, otros a las estatuas, con y sin voz tras horas de gritos y nervios. Mamás y papás cargando bebés en medio de la multitud, o abuelos y abuelas rejuveneciendo años gracias al enorme logro de la 'Scaloneta'.
Todos ellos y muchos más se agolparon en las calles rosarinas tras la victoria final de la Albiceleste en Qatar ante la selección francesa: "Es una alegría inmensa, porque era lo que queríamos por él (Messi) y también por Di María, que también es rosarino", señaló Alejandra, mientras ella, toda su familia y EFE recibían cantidades industriales de espuma en espray por encima.
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CIUDAD DE FÚTBOL
En la enorme fiesta rosarina tampoco faltaron gritos emblemáticos como el "Ya lo ve, ya lo ve, el que no salta es un inglés" -marcado desde el partido contra Inglaterra en el Mundial de México 1986, el anterior que ganó Argentina, con el trasfondo, además, de la guerra de las Malvinas de 1982-, un hincha caracterizado de Maradona subido a lo alto e insultos al francés Kylian Mbappé.
Rosario, donde desde hace semanas se respira alegría futbolera por las calles, no solo vio dar sus primeras patadas al balón a Messi y Di María. En esta, la tercera ciudad de Argentina, también nació otra figura de la 'Scaloneta', Ángel Correa. Y a una media hora en coche está el pueblo del seleccionador y ya leyenda Lionel Scaloni.
"¡Un mundial más, Leo!", insistió otra hincha, Luciana, mientras que su acompañante lanzó una oda a Di María: "¡Y tenemos a Angelito di María.. ¡vamos Central!", gritó en referencia al otro gran equipo de la ciudad, Rosario Central, donde comenzó el 'Fideo'.
Tras la resaca del impacto por que Argentina haya conseguido su tercera copa del mundo, una noticia que da un respiro en el ánimo de una Argentina en constante crisis económica, la mirada se posa ahora en la llegada del plantel a su país, que está prevista para este lunes.